lunes, 30 de junio de 2008

La responsabilidad social empresarial

En este artículo se analiza la percepción de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) por parte del consumidor y la forma en que influye en el poder de compra o rechazo de productos o servicios. El estudio es de naturaleza documental e intenta demostrar, basada en evaluaciones previas sobre la temática en particular, cómo los consumidores atribuyen cada vez más importancia al comportamiento socialmente responsable de las empresas. Se inicia con generalidades sobre la RSE para adentrarse luego en la relación que existe entre esta orientación y la percepción del consumidor, haciendo un recorrido sobre opiniones y estudios de los expertos en la materia. En este sentido, la RSE integrada en la gestión empresarial ofrece ventajas no sólo para los clientes y demás grupos de interés de la empresa (inversionistas, colaboradores, directivos, proveedores, gobierno, organizaciones sociales y comunidad), también para la empresa en una relación ganar-ganar. Tal reciprocidad se percibe interna y externamente, entre otros aspectos, en mayor convivencia social, lealtad, reputación, ventas, atracción de mejores empleados y proveedores, valores, ética, confianza y credibilidad.

No hay un concepto único. La RSE tiene distintas nociones según el país o los organismos o autores que usen el concepto, pero lo que se capta como punto general de coincidencia, es en el rol que las empresas deben poseer en el entorno en que se desarrollan, es decir, la obligación de cooperar voluntaria o coercitivamente a mejorar el bienestar social. Las empresas que asumen la RSE como filosofía de gestión, encontrarán que su Responsabilidad Social Empresarial es el compromiso consciente y congruente de cumplir integralmente con el propósito de la empresa tanto en lo interno, como en lo externo, considerando las expectativas de todos sus colaboradores en lo económico, social o humano y ambiental, demostrando el respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente y para la construcción del bien común. Esta responsabilidad lleva, por tanto, a la actuación conciente y comprometida de mejora continua, medida y consistente que permite a la empresa ser más competitiva no a costa de, sino respetando y promulgando el desarrollo pleno de las personas, de las comunidades en que opera y del ámbito, atendiendo las expectativas de todos sus participantes: inversionistas, colaboradores, directivos, proveedores, clientes, gobierno, organizaciones sociales y comunidad.
Pueden identificarse cuatro tipos de responsabilidad enmarcadas en los ámbitos económico, legal, ético y filantrópico. No obstante, para nadie es un secreto la prevalencia de la responsabilidad económica en el interés de los grupos de decisión internos de la empresa; en otras palabras, el principal propósito es maximizar el beneficio. Sin embargo, esta maximización debe materializarse en un entorno legal y normativo que exige también responsabilidad legal.La RSE recibe actualmente la atención de gobiernos, organizaciones y consumidores en vista del daño y abuso que sufren el medio ambiente y algunos sectores de la sociedad. Esta orientación ha pasado de ser una mera inclinación filantrópica a integrarse en la gestión empresarial. Por convicción o porque la competitividad empresarial lo exige, son cada vez más las empresas que se preocupan por incorporar esta or

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